Llegué pasado el mediodía con mucho apetito, el cual pronto sacié en varios de los puestos de comida. Mis preferidos de la tarde fueron: los langostinos fritos (¡Los amo! ¡Podría comer miles!), el té de calabaza y el tercero es algo que nunca había probado: una especie de roll envuelto con masa fila y relleno de verduras, pollo y una salsa agridulce... ¡Excelente descubrimiento culinario!
La cocinera haciendo mi roll |
También estaban los típicos puestos de regalos, muy lindos pero nada que no se consiga en la calle Arribeños.
Habían algunas personas que escribían carteles con caligrafía tradicional, algo que siempre me ha llamado la atención. Tal vez en un futuro cercano tome clases de shodo... ¡Quién sabe!
Uno de los momentos más altos de la jornada fue cuando subió al escenario Ignacio Huang, actor de la película Un Cuento Chino.
Otro fue cuando figuras representativas de dioses de Taiwan comenzamos a bailar música pop con el público. Investigué un poco sobre esto y leí que es una tendencia que comenzó en el mismo Taiwan hace unos años como una forma innovadora de promocionar su propia cultura.
Dioses al ritmo de la música electrónica |
Cuando descubro este tipo de información percibo con más claridad una de las brechas que más nos separan de Oriente: la capacidad de adaptarse y asimilar lo nuevo con lo viejo, es la fórmula que logra la supervivencia de su cultura y la facilidad con la que nosotros la hemos aceptado e incluido en nuestra cotidianidad.
¿Alguien se imagina que un país de Occidente promocionaría su cultura con un Jesús o un Mahoma bailando una canción de Soda Stereo?
Aún nos queda mucho por aprender.
¡Hasta la próxima...!
またね!
2 comentarios:
que lindo que se ve , lastima que me lo perdí, saludos
Yo fui! y lo pasé suuuper genial, hasta baile con los dioses taiwaneses con mis amigas Lolitas ^0^, super simpatica y divertida toda la gente ♥
linda entrada :3
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